TEMA 14 : SEXUALIDAD DEL ADOLESCENTE Y LA TOMA DE DECISIONES AUTONOMAS Y RESPONSABLES

INTRODUCCION

La adolescencia ha tomado fama de ser difícil, critica, e incontable, llena de sorpresas, choques y descuentos. Es también la edad en que el aspirante al adulto se DESCUBRE a sí mismo, se percibe como una persona con identidad diferente, busca formas más amplias y maduras de relacionarse con los demás, es decir, con los amigos, compañeros, o modelos ideales.

Prepubertad: se caracteriza por los cambios físicos y fisiológicos. Hay interés por parte del adolescente hacia su propio cuerpo y hacia las sensaciones físicas que éste le genera.

Adolescencia: los cambios que se dan en esta etapa son puramente psicológicos, aparecen episodios de conflictos, conductas que van de gran actividad a lentitud, de excitación a depresión, rebelión y enfrentamiento a las normas establecidas.

Frecuentes temores y preocupaciones.

Desean gustar pero temen encontrarse poco atractivos o desaliñados.

Las jovencitas se preocupan por su desarrollo físico, y tratan de acomodarse a tal o cual tipo de moda.

Los jóvenes buscan respuestas a sus inquietudes sobre su sexualidad pero temen ser mal interpretados por ello.

Temor a no ser ACEPTADO por pensar y actuar diferente, temor a ser juzgado mal por no ejercer un papel útil en la sociedad.

Hacia la búsqueda de dar solución a estos temores, el adolescente entra en conflicto, es decir que sus ideas e intereses chocan con las ideas e intereses por la familia y la sociedad.

1. El adolescente y su relación con la familia.

El adolescente en la familia busca darle valor a las relaciones que sostenía y alimentaba con sus padres en la infancia. Observa y siente a sus padres como algo diferente y pierde cierta admiración. Ven que su padre también se equivoca y comete errores, que su madre deja de ser el valor seguro e inequívoco y estable.

Todos los valores, creencias y valores que son dadas en la infancia, van decayendo en la adolescencia.

Cuando el joven comienza a elegir sus propias amistades sin el control de sus padres, cuando tiende a guardar para sí sus problemas, cuando ni quieren manifestar a sus padres su forma de ser, sus dudas e inquietudes o sus comportamientos surgen el CONFLICTO.

Lo anterior demuestra una forma de INDEPENDENCIA por la que está atravesando el adolescente.

2.- Frecuentes actitudes de los padres.

Muchas veces pretenden ser mas “amigos” que padres, de esta forma obtienen mayor información de sus hijos y mantienen el control sobre ellos.

No soportan que sus hijos crezcan y que se hagan adultos por un TEMOR a ser desvalorizados y menospreciados por ellos.

Tienden a mostrar RESISTENCIA sobre lo que piensa o dice el adolescente, llevándolo a que se separe cada vez más de las ideas de su padre.

Tiende a ESPIAR sus comportamientos y a INVADIR su privacidad, su espacio, el cual solo pertenece a él.

Generalmente trata de subestimarlo creyendo que es un ser inmaduro para afrontar a sus propios problemas y para tomar sus propias decisiones, etc.

Todas estas actitudes generan en el adolescente un SENTIMIENTO DE IMCOMPRESION. El muchacho siente que los demás no lo comprenden y a su vez considera que él no comprende a los demás. Por otro lado, teme no poder convencer a los demás de sus propias ideas. Prefiere tener ideas equivocadas pero propias antes que ideas verdaderas pero ajenas.

Frente a sus padres crítica todo y se siente controlado por lo que busca y reclama insistentemente INDEPENDENCIA.

Muestra AMBIVALENCIA AFECTIVA, es decir, que el afecto cambia, por ejemplo, puede sentir odio hacia sus padres por un hecho que le ha molestado, y al mismo tiempo puede darse cuenta de la importancia que tiene para él quererlos. Esta ambivalencia sucede con profesores, amigos e incluso hacía sí mismo.

La vida familiar representa cierta dificultad para que el joven tenga su propio criterio e ideología. El rechazo de costumbres familiares lleva internamente el rechazo de la ideología que tienden a imponer los padres. Por eso se habla de LA SOLEDAD DEL ADOLESCENTE, de la tendencia a encerrarse en su habitación y de su negativa a explicar sus sentimientos íntimos.

Por otra parte, no es raro escuchar a un padre decirle a su hijo: “tienes que ser macho”, “los hombres no lloran”, “no seas nena”, reflejando lo que la sociedad ha creado ser un HOMBRE DE VERDAD o padres que piensan que parte de su función como tales es proporcionar a los hijos los medios o la oportunidad para que tengan relaciones sexuales tan pronto como estén fisiológicamente apto para hacerlo y sin ninguna relación afectiva de por medio.

Están hablando de una sexualidad solo de lo físico y sin ninguna opción para el amor; con dichas actitudes se le esta forzando al adolescente a DESCARTAR una serie de SENTIMIENTOS propios y esenciales de todos los seres humanos como son: el miedo, la tristeza, la ternura, el dolor o la sensibilidad, asegurándoles que quien demuestra cualquiera de estos sentimientos es “gallina”, “cobarde” o algo similar.

Conjuntamente con esta negación, se frenan también la capacidad de sentir y expresar otros sentimientos y emociones fundamentales para las relaciones humanas y en las relaciones familiares, como son el afecto, la compasión, la empatía, la ternura, etc.

Esto puede crear severos problemas emocionales en los jóvenes como: la depresión ansiedad, etc. y posiblemente tratar de salir a dichos problemas por medio de la ingestión de alcohol o drogas y a veces el suicidio.

3.- El adolescente y su relación con los amigos.

En la adolescencia el valor de los amigos y de la amistad adquiere mayor importancia.

Su nueva “familia” se va formando cuando el adolescente habla de una sola persona o de un grupo reducido de amigos y son el centro de su intimidad, de su afecto y de su primer amor.

Cuando la familia se resiste a aceptar que su hijo está cambiando, que sus características físicas y psicológicas están cambiando, lo llevan a que se refugie en el medio amistoso y a que DEPENDAN más de los amigos.

Durante el establecimiento de la amistad, el adolescente puede querer mantener relaciones afectivas con personas adultas que pueden llegar a influir más que los padres, aunque no quiere decir que sea de forma negativa. Por los cuales siente admiración como: Los sacerdotes, profesores, cantantes, etc. el grupo de amigos comienzan a ejercer influencia en el adolescente desde su forma de vestir, actuar y hablar, hasta sus ideas y creencias. Estos efectos pueden ser de corta o largas duración y tener influencia más o menos profunda en su personalidad.

Dado de que se pertenece a distintos grupos a la vez como la familia, la escuela, la iglesia, etc., se han de cumplir múltiples conjunto de normas. Las personas deben someterse a ellas o sufrir la desaprobación de los miembros del grupo cundo se incumplen. Por ello, la pertenencia a un grupo implica: Adaptación, afiliación e ilimitación, interacción y relaciones individuo-grupo.

Muchos padres que tienen hijos adolescentes se han lamentado de que no reciben la atención que merecen y expresan “a mi hijo sólo le preocupan sus amigos, por ellos es capaz de dejarlo todo”. Esta es una característica completamente natural del adolescente, y ello no implica un fracaso de la función como padres, ni desamor por parte de sus hijos. Simplemente es una característica de la evolución del individuo que necesita DESCUBRIR su propio mando, sus propias ideas y sentimientos. Para conseguirlo, debe desprenderse de aquellas relaciones que le crean dependencia y frente a las cuales se siente indefenso.

Esto permite entender la importancia que tiene para el adolescente su pertenencia a un grupo.

4.- ¿COMO DEBEMOS ORIENTARLOS?

Respetando la libertad y la búsqueda de la autonomía de los hijos como una forma socio-afectiva y sexual.

Tolerando las diferentes actitudes de los hijos para que se lleguen a una convivencia y a una concordancia.

Transmita a sus hijos la ilusión por la vida sin asociarla con elementos tales como: la obligación, el deber y la economía. Dando paso a elementos de REALIZACIÓN PERSONAL, GOCE Y SATISFACCION.

Sea más abierto a la comunicación, hable de manera directa, clara y realista ante las posibles dudas que tenga su hijo con respecto a su sexualidad, su futuro profesional y su desarrollo integral como persona.

De un sentido de responsabilidad y respeto para que el joven adquiera una serie de valores y creencias propias.

Ante todo, sea un padre DEMOCRATICO, es decir, deje que su hijo participe libremente en el análisis de las cuestiones que corresponden a su conducta, esto hace que el se forme sus propias decisiones con su debida aprobación.

Brinde confianza y de afecto para que su hijo lo vea como un padre que no impone, sino que desea ayudarlo. Esto le brinda al joven cierta seguridad.


5.- Actitudes ético-morales de los padres.

A través de toda la lección hemos visto, de un lado la tendencia del adolescente a SER ÉL MISMO, es decir, a formar sus propios criterios y pautas de su vida; y de otro lado, a independizarse y rechazar toda dependencia, en especial en el mundo de sus IDEAS, SENTIMIENTOS Y NORMAS DE VIDA PERSONAL, AFECTIVAS, SENTIMENTAL Y SEXUAL, por considerar que esto es el mundo de SU INTIMIDAD.

Por esta razón, la pedagogía ético-moral de los padres, debe estar enmarcada en actitudes de respeto a su autonomía y autodecisión.

Pero los padres si deben, en un ambiente de confianza y amistad presentar al joven sus puntos de vista morales, dejando siempre a él, la decisión final.

Los principios morales se refieren al ejercicio equilibrado de la libertad; consciente, responsable de sí y del tú, y previsiva de riesgos propios o ajenos. Explorar, reducir, alienar, engañar e inducir con argumentos o desafíos es inmoral porque coacciona y atenta a la libertad del tú.

La educación sexual, debe tener un sector moral en que la sexualidad es expresión de CARIDAD y de AMOR y lenguaje de autenticidad, sinceridad, verdad y justicia.

Es necesario insistir en el carácter del Signo que tiene la sexualidad. Signo de amor, expresión de la propia intimidad, que busca siempre vincular, comprometer, y convertirse en donación y fidelidad.

En el aspecto cristiano, la sexualidad tiene su origen en la decisión, convirtiéndose en el matrimonio en el medio para vivirla en clima de gracia y de comunión, signo supremo del Amor de dios a los hombres.